Tras andar por muchas horas caminando Julián con el monje, estos llegaron a un lugar que Julián no se imaginaba algo que para el seria como un cuento de hadas.
Julián cansado se quito sus zapatos y sentía la caricia de la naturaleza, volteaba a todo su alrededor y solo veía hermosura, por un lado el cálido y hermoso bosque y por otro lado las maravillosas y heladas montañas.
Cuando estaban frente la aldea Julián quedo impresionado, pues toda la gente trabajaba con una sonrisa hermosa, todos los monjes vestían igual y las mujeres todas muy hermosas con su cabello negro su ropa de seda y llenas de rosas.
Aquellas cabañas estaban llenas de rosas, había un templo majestuoso lleno de pura naturaleza, todos los monjes ahí presentes lo recibían con una bella sonrisa, el sorprendido que todos fueran tan jóvenes y tan llenos de vida, admiraba lo sabios que eran.
Se le ofreció un festín de frutas frescas y de hortalizas muy deliciosas, lo cual el pensó después que era parte de lo que los mantenía tan jóvenes y tan llenos de vida, sin lugar a duda este era el lugar que jamás se imagino Julián, aquel que lo regresaría a la vida.
CONCLUSION:
A veces uno como persona no admira lo que tenemos en este mundo, solo nos quejamos de todo lo que nos sucede pero nunca nos ponemos a reflexionar en la hermosura que es el mundo, en sus bellezas y que en estas podemos ver lo valiosa que es la vida y que podemos estar en paz con nosotros como con la naturaleza y disfrutarla al máximo.
No debemos agobiarnos con problemas tontos pues podemos aprovechar la naturaleza como método de relajación, en la vida hay cosas mas importantes que los problemas.

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